Crónica

Cierre de Campaña del Apruebo


Es ahora o nunca

Chile salió a la calle una vez más. En todo el país, el cierre de campaña del Apruebo volvió a hacer cuerpo un deseo de transformación política y de dignidad social. El grito estuvo unificado: “¡Salud, vivienda, trabajo, educación: el 4 aprobamos nueva Constitución!”. Sobre el escenario, la arenga estuvo a cargo de actores, músicos y Gustavo Gatica, quien dejó un mensaje para la historia: "Apruebo por todos los ojos que perdimos".

Hace dos años y 11 meses comenzó el camino hasta este momento. En el cielo sobrevuelan los drones. El espacio es cada vez menor, pero entre ese medio millón de personas se abre la tierra para que una pareja de mujeres zapatee la cueca brava. Las rodean en círculo. Se buscan con la mirada luego de cada contragiro. Ellas sonríen como dos actrices orgullosas. Sellan el baile con un beso en la boca. 

Cerca de la intersección de la Alameda con Santa Rosa -donde está ubicado el escenario del cierre de campaña del Apruebo- hay grupos de jóvenes, familias, oficinistas, columnas sindicales y feministas. Hay vendedores de globos, pañuelos, banderas y sándwiches. 

Se parece a las manifestaciones de antes, las de Plaza Dignidad, el mismo lugar en el que hace casi tres años la actriz Susana Hidalgo sacó la foto que dio vuelta el mundo: un grupo de gente está empinado en la estatua del General Baquedano y su caballo. Parece la toma de La Bastilla o un cuadro renacentista. Pero no. La imagen es de un día de octubre. Hay una revuelta. 

—¡Salud, vivienda, trabajo, educación: el 4 aprobamos nueva Constitución! —gritamos las feministas.

Por el escenario pasan los animadores, los constituyentes, los artistas. Cada tanto un coro multitudinario grita: “¡Apruebo-Apruebo!”. El grupo de cueca Los 30 Pesos, que lidera el actor Daniel Muñoz, dedica la canción “Son tus ojos y los míos” a quienes perdieron la vida en las protestas. Cantamos. Lloramos. Sufrimos. Confiamos.

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— ¡Vamos todos para el mismo lugar, chiquillos!

En el metro, una mujer junto a sus amigas cargan banderas del Apruebo. Van apretujadas pero felices. Las feministas y los jóvenes colman el vagón carnavalesco. 

El metro de Santiago es territorio de memoria desde que en octubre de 2019 el gobierno aplicó un salto en el precio del boleto. La historia es conocida: las alumnas de colegios emblemáticos saltaron los torniquetes gritando: “Evadir, no pagar, otra forma de luchar”, mientras los políticos respondían que si todo era tan costoso, se podía comprar flores, que las flores estaban baratas. Entonces el país estalló como un adolescente acostumbrado a soportar el bullying. Ese fue el ruido subterráneo que antecedió el terremoto. 

Siguieron las protestas, las violaciones a los derechos humanos, el plebiscito de entrada. Hace dos años y 11 meses comenzó el camino hasta este momento: la hora de votar el plebiscito de salida. En medio del dolor hay un atisbo de esperanza. Chile tiene que cambiar. Estamos acá para gritar por el apruebo de una constitución democrática y feminista que por primera vez reconoce a los pueblos originarios. 

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El actor Nicolás Poblete está sobre el escenario: “En Chile no hay persona ni grupos privilegiados”, lee. El público aplaude a rabiar. Nos dicen “privilegios” y escuchamos “dignidad”.

En lo alto de un edificio ondea solitaria una Wenüfoye, la bandera mapuche que fue símbolo de las protestas durante el estallido social. Es el turno de Anita Tijoux; sube y coreamos con ella “Sacar la voz”. 

Liberarse de todo el pudor

Tomar de las riendas, no rendirse al opresor

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Muchas mujeres y disidencias sexuales entramos en calor un rato antes de llegar a la Plaza Dignidad. El empujón tuvo su previa en el Caupolicanazo

—Como las feministas de los ochenta se levantaron contra Pinochet, continuamos ese legado. Queremos erradicar un bastión que dejó la dictadura —dice Cynthia Shuffer, de la Coordinadora 8 de Marzo. 

Junto con Shuffer están Soledad Rojas, de la Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres, y Carmen Gloria Rodríguez, de Ni una Menos. Flamean las banderas del arcoiris, las moradas y las verdes. 

”Si se aprueba esta Constitución se abre una puerta; no es que aquí se terminó todo pero el camino se vuelve más fácil”, dice Carmen Gloria Rodríguez de Ni una Menos. Y agrega:

—La ansiedad me está comiendo. Quiero que llegue el domingo. Quiero que ganemos.

Más tarde, un emocionado Gustavo Gatica dirá: "Apruebo por todos los ojos que perdimos". La frase duele, porque es verdad. Y las feministas, las familias, los trabajadores y jóvenes que llegamos hasta este lugar también lo sabemos: nada de esto puede ser en vano. Es ahora o nunca.