Cuando nació, hace 32 años en San Carlos Minas, un pueblito minúsculo del noroeste cordobés, no había registro civil. Para inscribirlo su abuelo –un policía de pueblo amigo del vino, las cartas y las carreras de caballo– viajó hasta la ciudad. Cuando llegó a la oficina, se había olvidado del nombre. Decidió, para no fallar, ponerme Waldo, como él, y Cesar, como el padre. Su madre había elegido Ramiro.

Ahora vive en Buenos Aires, en un edificio en el que caben más personas que todos los vecinos de su pueblo natal.  Este año se incorporó la redacción de Infojus Noticias.

Es licenciado en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Córdoba. Escribió en Pagina 12, Tiempo Argentino, Cosecha Roja, Día a Día, El Argentino Córdoba y en las revistas El Sur y Deodoro. Participó de la creación del Será Justicia, el periódico de los organismos de derechos humanos, dedicado a la cobertura de juicios en Córdoba.

Nadie en su familia tuvo nada que ver con el periodismo. Todavía hoy, de vez en cuando, su padre le pregunta: “qué era lo que hacías vos”. Su primera experiencia fue la revista que fundó en su pueblo: Tartaburé.

Le gusta el básquet, las guitarreadas y los asados.  Tiene un hijo que se llama como el nieto de la Mona Jiménez. Para él, el mejor fernet es el que se prepara en termo de aluminio, con el hielo justo para que no quede aguado.