Antes de quedarse dormido, Nicolás García Recoaro piensa que es un tipo feliz. Digan lo que quieran decir (?), eso lo define como persona.
Las lecturas de su abuela Neia, en Ramos Mejía, las historias que les contaba a sus amigos, o alguna otra cosa, hicieron que Nicolás no fuera bailarín de ballet y se decidiera por el periodismo (¿hay bailarines de ballet con rastas?).
Trabaja como cronista y documentalista. Colabora en el suplemento Radar de Página 12 y en los diarios Renacer, Tiempo Argentino y Página Siete de Bolivia. Publicó en Bolivia y Cuba la antología Alta en el cielo: Narrativa boliviana contemporánea (2009) y en Argentina la antología Los Chongos de Roa Bastos. Narrativa contemporánea del Paraguay (2011).
Enseña en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de Palermo y trabaja como corrector en un diario. Llega a su casa extenuado.