La gente que escribe, los periodistas, suelen ser quejosos. Marcela Repossi no. Gracias a su profesión, dice, tomó muchos vinos y cervezas; hizo viajes y le regalaron libros.
Para eso –para ser periodista- resignó fines de semana, ver poco a sus amigos de Mendoza, la ciudad en la que nació, y también a sus sobrinos. No es quejosa pero valora y extraña a la vez.
Licenciada en Comunicación Social de la Universidad de Cuyo, dicta clases y mantiene una activa vida académica. Entre otras, es docente de Semiología del CBC de la UBA, en la Licenciatura de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Lanús, en la que también es parte es parte del equipo de comunicación. Ganó la beca
de la Fundación alemana Konrad Adenauer para realizar su maestría de Comunicación Política. Ahora también participa de un proyecto de investigación en la UNLA.
Fue columnista en AM 530; en el programa “La voz de las madres”.
Lo mejor que le pasó en su carrera fue escribir sobre las protestas de estudiantes chilenos en 2011.
Dice que a los cinco años ya le gustaba la marcha peronista, aunque su padre, el único de la familia a quien le interesaba la política, se hizo alfonsinista.