Desde chica, Luciana Díaz siempre dijo que iba a ser etóloga, así que cuando terminó el secundario se anotó sin dudarlo en la carrera de Biología. Pero a los pocos meses del primer año descubrió que había idealizado algo que allí no estaba. Desamparada de certezas, se pasó a Psicología (una puerta lateral, pensó ingenuamente, para llegar al comportamiento animal­) y, al mismo tiempo, se inscribió en TEA. Fueron dos años y medio de doble vida: mañanas de estudio formal; noches que desafiaban todo su ser, hasta ese momento extremadamente tímido y sin antecedentes de ningún tipo de escritura, más allá de los trabajos académicos. Pesó más la adrenalina de lo impensado y abandonó la facultad. Pero de algún modo retomó aquél sueño de la infancia al orientarse en periodismo científico, un camino que no se podría decir que eligió de manera conciente, pero que hoy siente que la define.

De la mano de Alejandra Folgarait, su “madrina” periodística, llegó a la Sección Ciencia de la revista Noticias, donde vivió siete años intensos. Después hizo un Máster en Periodismo, pasó por un par de redacciones más pequeñas y publicó notas en diversos medios. De 2005 a 2013 fue editora de las secciones de Ciencia, Medicina y Tecnología en el diario PERFIL, cargo que dejó cuando nació su segundo hijo. En la actualidad su estado es “free-lance”.

Mamá de dos varones, cuando no se puede dormir en lugar de contar ovejas repasa mentalmente los partos y sus circunstancias y, paradójicamente, así consigue aquietar su mente.