Desde que nació, Hagar nunca durmió la siesta. La curiosidad ante lo que podía perderse del mundo era más atractiva. Al volver del colegio o de cualquier actividad el ritual era contar lo que había pasado como si fuera un cuento en sí mismo.

En los primeros años en la primaria inventaba historias, y los compañeros le pedían cuentos de terror que entretenían los campamentos. Pero ese fue un género que con el tiempo le llamó menos la atención.

Hizo talleres de escritura, y a los 13 años en uno descubrió esa vocación que cruzaba la realidad con la narrativa a través de las crónicas en los diarios y revistas. Amaba el olor de la tinta sobre los diarios de su abuelo. De adolescente viajó en tren desde Buenos Aires hacia Santos Lugares para dejarle una carta a Ernesto Sábato, y se arrepintió toda la vida de no haber tomado clases con Alma Maritano, escritora generosa y adorable a quien entrevistó en sus primeros años de juventud.

En el secundario las amigas se divertían tirándole un tema para que en el momento construya una historia delirante, consigna que atajaba e inflaba vidrio con el tópico que fuere. Esta cualidad puede pensarse como chamuyo, pero nunca usó la imaginación para otra cosa que contar historias a quienes quieran escuchar o leer.

Transcurrió un terciario, una Licenciatura de la Universidad Nacional de Rosario y un posgrado de Flacso en Escritura Creativa y Comunicación, y en el camino afiló el complejo oficio narrar la realidad desde su ciudad adorada por adopción. Desde allí escribe en el portal de noticias Rosarioplus.com, y colabora en el diario El Litoral, y el suplemento Mirador de Clarín en Santa Fe. Hagar participó en los libros colectivos “6to Encuentro Regional de Escritores Jóvenes” (Ciudad gótica 2002) desde el taller de poesía de Andrea Ocampo, y “Los pies en el barro” de crónicas de los alumnos del Postítulo y Licenciatura en Periodismo UNR (2011- 2012).

La curiosidad por las historias ocultas en cada transeúnte sigue llevándola por el camino de la escritura periodística, que ahora se disputa parejo el interés con la poesía y el ensayo. Se desconoce cuál ganará la pulseada.