Además de ser editor de diario deportivo Olé, Gustavo Grabia es el hombre que más sabe de barrabravas en la Argentina. Conoce caras, apodos, gestos y prontuarios de cada uno. Ellos también lo conocen: tienen con él extraña necesidad de odio y necesidad. Hace no mucho, uno bastante pesado, lo llamó por teléfono. Le dijo que estaba por ir preso por su culpa. Le dijo que se cuidara. Que la podía pasar mal. Gustavo le contestó que él sólo estaba haciendo su trabajo. Que escribía lo que pasaba. El barrabrava le dijo que él no le iba a decir una palabra más, pero en vez de cortar comentó: “Te paso con mi abogado”. Y el hombre le dio información de la causa judicial.
Egresado de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires y de la escuela del Círculo de Periodistas Deportivos, Grabia trabajó en espectáculos en Editorial Abril, Editorial García Ferré, la revista 13/20 y los diarios La Razón y El Expreso. Entró a Olé en 1996.
Tiene mucho trabajo. Sólo piensa en dormir diez horas seguidas, pero no suele hacerlo porque también es columnista de los programas de Ernesto Tenembaum (Tierra de Locos, por Rock and pop) y Estudio Fútbol (TyC Sports).
Autor de los libros Disquisiciones sobre la habilidad (y otros relatos), El Club del fin del Mundo (y otros cuentos futboleros) (ambos de Ediciones al Arco) y de La 12. La verdadera historia de la barra brava de Boca (Sudamericana), jamás confesaría el sueño más extraño que ha tenido en los últimos meses. Imaginamos, debe ser bastante escabroso.