Cristian Velasco quería estudiar psicología y quería ir a la universidad caminando. Pero, descubrió, la facultad le quedaba lejos. Más cerca estaba la de Ciencias de la Comunicación, así que decidió estudiar periodismo. De chico era curioso, le gustaba leer y trepar a los árboles, hacer preguntas.

Su vida ha cambiado muchas veces: un día era estudiante de periodismo, otro estaba en una cárcel, otro recibió una llamada en la que le anunciaban que había ganado la cuarta edición del Premio Las Nuevas Plumas de Periodismo. Piensa, la vida siempre cambia: para bien y para mal. Eso es lo interesante. Cree, estar siempre en el mismo lugar es aburrido. Opina que se trata de disfrutar de los buenos ratos y disfrutar con fuerza los malos.

Trabajó en los portales peruanos Generacción y La Mula y publicó crónicas sobre narcotráfico y terrorismo en la revista de Lima Caretas.  

Antes de escribir un texto en Word, cambia el color de la hoja: no le gusta el blanco, prefiere el beige.

Al acostarse, trata de no pensar porque si piensa mucho no puede dormir. Y, dice, uno tiene que dormir aunque sea muy aburrido. Le gustaría no tener que dormir. Dormir es no hacer nada: y le parece aburrido estar si nada que hacer.