Fue poeta aunque, dice, ya no más. Nosotros dudamos. La poesía no se deja como una remera, un novio o un mal hábito sino que se adhiere al cuerpo como una piel traslucida. Periodista y editora, Ana Wajszczuk vivió diez años en Costa Rica, en una playa de nombre Mal País. Todavía sueña con silencios verdes y susurros de iguana. Después de acostarse, luego de cerrar los ojos, antes de quedarse dormida, nos cuenta, piensa en todo lo que desea, lo que no sabemos es cómo hace, entonces, para poderse dormir. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires. En poesía, publicó Trópico Trip (Ediciones del Diego, Buenos Aires, 1999) y El libro de los polacos (Algaida, España, 2004). Trabaja como freelance en varios diarios y revistas y, desde 2008, en Editorial Planeta de Argentina. Tiene dos gatos. Pucho, sociable y cabeza dura. Y Tito, que aunque parece asustado cruza la mirada como guerrillero vietnamita.