A los 9 años, la yegua petisa con la que Amancio Alem Chiappara iba al colegio lo dejó de a pie. Así que debió cruzar caminando un campo enorme, escarchado. La imagen blanca atravesada por sus huellas negras lo impactó tanto que pensó que le gustaría ser fotógrafo. Hace 30 años  trabaja como reportero gráfico y aún mantiene el hábito campestre de levantarse a las cinco de la mañana.

Sus fotografías han aparecido en el diario La Voz, Hoy en la Noticia, El Litoral de Santa Fe, y en Editorial Atlántida, El Libero de Perú, y la agencia Fran Press.

Desde el año 2000 es colaborador permanente del diario La Nación de Buenos Aires.

Dice que los caballos, para la gente de campo como él, no considerados “mascotas”. Habla de un afecto especial hacia el animal, y para describirlo, recurre a un poema del Martín Fierro.