Al ir a acostarse, Alejandra Sánchez Inzunza, piensa en si va a poder dormir.
Piensa en lo que tiene que hacer y no ha hecho, en los viajes que le quedan, los proyectos pendientes. La angustia mucho no tener tiempo suficiente para ver todo lo que quiere ver, para escribir sobre todo eso. Y se pone ansiosa y piensa. Piensa en recuerdos de la infancia, planes, conversaciones, en otros sueños, lejanos, concretos, alcanzados, en las posibilidades de desayuno, en tal o cual corte pelo y, allí, finalmente, Alejandra se duerme. Y la ansiedad desaparece y sueña. Varias veces, que muere en un accidente de coche.
Se conoció con José Luis Pardo y Pablo Ferri en Madrid, haciendo el máster de El País y se les ocurrió la idea de viajar desde México hasta la Patagonia escribiendo notas. Armaron una agencia de crónicas: Dromómanos y hoy están en río de Janeiro.
Colaboraron en la revista Domingo (El Universal), El país, Gatopardo, Emeequis, Vice, Frontera D, Interviu, El Universal, Animal Político, Plaza Pública, Esquire, Tiempo y Marie Claire
El mejor libro que leyó fue La guerra y la paz. De turista en Los Balcanes, prefería meterse en un bar a leer que curiosear los distintos paisajes.